28.6.11

Comunicado

A todos los compañeros, compañeras, amigos, amigas:

Desde el año 2002, cuando los ecos de las cacerolas todavía retumbaban
acompañando el reclamo de renovación política para nuestro
país, en Surcos empezamos a caminar en dirección a ese proceso político que pensamos indispensable.

Nuestros aportes de acción concreta siempre estuvieron interpelados por las lecturas de la política coyuntural y de diferentes etapas, que nos llevaron a pensar y re-elaborar las formas de intervención que creíamos más conveniente.

Fue así que en los primeros años participamos de experiencias políticas y sociales que tenían su acento en la construcción territorial (en movimientos de desocupados), como así también en la lucha por la defensa y ejercicio de los derechos humanos, buscando siempre el modo de articular con otras organizaciones para la construcción de poder popular.
Estas experiencias no sólo fueron importantes para el fortalecimiento del campo popular en general, sino también para nuestro convencimiento de que ése era el camino correcto a seguir en la etapa. El desafío más grande que apareció con el paso del tiempo, fue sortear las dificultades para mantener las articulaciones logradas y a su vez dar un salto hacia la construcción de un espacio político más amplio que aunara a otras y más variadas voluntades para la transformación social.
Mientras tanto, los procesos políticos que despertaron en América Latina, especialmente los de Venezuela, Bolivia, y Ecuador, hicieron que muchos de quienes veníamos del campo de lo político-social y que descreíamos de las posibilidades transformadora del los procesos electorales, abriéramos los ojos ante nuevos caminos para la emancipación.
Ya en las elecciones legislativas del año 2009, post conflicto por las retenciones agropecuarias (en las que nos manifestamos en las calles a favor de las retenciones móviles) y ante la fuerte ofensiva política de los sectores de derecha, propusimos abiertamente votar a Proyecto Sur en Capital Federal y a Nuevo Encuentro en la Provincia de Buenos Aires, boletas encabezadas por Pino y Sabbatella respectivamente.
Advertíamos que en el Congreso iban a darse fuertes disputas y que una
mayor presencia de la izquierda y centroizquierda podía consolidarse en
bloque generando un buen contrapeso en las oscilaciones kirchnerismo.

Posteriormente, Sabbatella se encolumnó detrás de la bandera K, y
Proyecto Sur pasó a ser el único espacio que visualizábamos con
potencial para el desarrollo y crecimiento de una fuerza social y de una
herramienta política con capacidad de impulsar un programa emancipador.

Es por ello que decidimos ingresar a Proyecto Sur,
sumándonos a la defensa de los valores que sostienen su propuesta programática y que hacen eje en la justicia social, la solidaridad, la ética, la recuperación de los recursos naturales y de la soberanía nacional.
Comenzamos a participar en la Regional de La Plata, donde nos recibieron con las puertas abiertas y donde encontramos un grupo de militantes dispuestos a dar la pelea por las Cinco Causas Nacionales que forman el programa de Proyecto Sur y a disponer de todos los esfuerzos necesarios para sortear los escollos que impuso la llamada reforma política y poder participar de estas próximas elecciones.
Sabidos son los obstáculos que se presentan para toda fuerza que recién empieza y más aún cuando en medio se suma el avatar de las elecciones, en las que suelen presentarse alianzas o acuerdos electorales con los cuales puede no tenerse una sintonía
total. La candidatura a la presidencia de Pino Solanas y el programa político que se resume en las Cinco Causas Nacionales, hacían de Proyecto Sur la fuerza que garantizaba el rumbo y la conducción de cualquier posible alianza y de cualquiera de los otros sectores sumados a este camino emancipador.
Con el nuevo cronograma electoral que dispuso el adelantamiento de las elecciones en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires -bastión desde el cual había adquirido notoriedad Proyecto Sur-, el Partido, con argumentos que en su momento no compartimos pero que resultaban entendibles, decidió que Pino Solanas fuera el candidato a Jefe de Gobierno de la CABA.
Con este nuevo escenario se plantearon las alianzas para hacer frente a la contienda electoral, alianzas que lamentablemente no iban a ser encabezadas por Proyecto Sur, con lo cual no sólo se relegaba (como de hecho se relegó) el crecimiento de la fuerza a nivel nacional, sino también y muy fundamentalmente, se diluía en ellas la propuesta programática de las cinco causas nacionales, ya que las mismas nunca formaron parte de los puntos prioritarios del GEN y de Partido Socialista de Binner.
No obstante el desconcierto y desacuerdo que tuvimos con algunos posicionamientos políticos de Pino –es cierto, las mayoría de las veces distorsionados y utilizados por la maquinaria mediática oficialista-, lo concreto es que nuestras expectativas siempre fueron las de participar en un espacio político que se presentara como proyecto emancipador de la nación. Estas expectativas en la actualidad se desdibujan cuando vemos que ante la inminencia de las elecciones, se mantuvo hasta último momento un ir y venir permanente en la búsqueda de alianzas con fuerzas que no tienen en sus prioridades las propuestas programáticas de Proyecto Sur.
Seguimos creyendo que las elecciones son una alternativa y herramienta política con posibilidades en la transformación social.
Seguimos creyendo que una fuerza política que anhele cambios estructurales profundos
debe tener vocación de poder y que en ese camino deben definirse las
estrategias electorales. Las idas y vueltas que en este sentido han tironeado el espacio, y que a nuestro modo de ver pusieron en juego los grandes debates nacionales que son la riqueza programática de Proyecto Sur, sumado a las diferencias políticas que veníamos teniendo, hicieron que decidiéramos dar un paso al costado. Lo hacemos con el convencimiento de saber que en un futuro volveremos a encontrarnos con muchos de los compañeros y compañeras, valiosos y valiosas militantes, ya que los anhelos comunes, han de confluir necesariamente en algún otro momento, en un mismo camino de lucha para la emancipación nacional.

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