24.10.10

NINGUN ENFRENTAMIENTO



Por Anibal Hnatiuk

Qué indignante es notar cómo se hace el relato político-periodístico de los hechos. Y qué predecibles son las formas que se usan para mentir en la construcción de esos relatos. Nos cansamos de escuchar que a Mariano lo mataron en un enfrentamiento, como también lo decían cuando mataron a Darío Santillán y Maxi Kosteki. También decían eso mismo los titulares de los diarios durante la dictadura, cuando aparecían los cadáveres acribillados a balazos en las calles. Siempre la misma palabra “enfrentamiento”.

¿Cuál fue el “enfrentamiento” o “interna” que terminó en el asesinato de Mariano Ferreyra? Un grupo de trabajadores ferroviarios tercerizados que quiso hacer una protesta y una patota de otro sindicato los corrió a palazos y balazos: ¿eso es una interna? ¿es eso un enfrentamiento?

“La crisis causó dos nuevas muertes” tituló Clarín cuando el gobierno de Duhalde asesinó a Darío y Maxi. Y esa tapa quedó como un ejemplo del descaro periodístico en el encubrimiento político de un hecho criminal. Después de eso todo parece poco, y tuvieron que cuidar más las formas. Ante este caso, ninguno de los medios o programas afines al gobierno intentaron algo similar. Sin embargo, fue elocuente ver a algunos de esos espacios llamando a no movilizar o a sembrar dudas respecto de los hechos.

En la enorme marcha del jueves -y hasta el día de hoy lo sigo escuchando- nos preguntamos cómo es que se desata tal violencia criminal.

Opino que no fue una defensa más de un espacio tradicional de la burocracia sindical. Parte de la respuesta, hay que buscarla en que luego de la vergonzosa privatización menemista de los ferrocarriles, ese gran negocio quedó asentado en tres ejes que fue controlado mafiosamente por un mismo espacio político/comercial/sindical: en el estado, a través de la Secretaría de Transporte, en los concesionarios de los servicios y en el sindicato, aunados en las mismas manos, a veces de las mismas familias o de las mismas comisiones directivas. Sí, es increíble, pero así de descarados fueron los noventa. Menem lo hizo. Y Kirchner no lo tocó. Y si a eso le sumamos que el transporte ferroviario recibe millones de dólares por año en subsidios del estado, nos damos cuenta que estamos en presencia de un negocio groso. Y la mafia que lo sostiene, tiene ya 20 años en su usufructo y defensa.

Con esto quiero decir que esa patota asesina no estaba defendiendo un tradicional “kiosco” de la burocracia. Esto es mucha más plata, y encima se renueva todos los meses con un ingreso asegurado del estado. Poniendo un ejemplo que no tiene menos de cinismo ni de criminal: lo que se le está investigando a Zanola es terrible, pero como decía, se parece más a la tradicional corrupción de la burocracia, estafando (y matando en ese caso) a sus afiliados. Lo de los ferrocarriles es algo más que eso.

Y acá se hace más evidente eso que siempre denunciamos, que el gobierno se apoya sobre ciertos ejes de corrupción política que obviamente no quiso ni quiere tocar: los intendentes del conurbano y la burocracia sindical. No darle la personería gremial a la CTA, por un lado, y la visible demostración de apoyo y poder del reciente acto en River, por el otro, son las dos caras de una decisión kirchnerista de proteger estos espacios. Seguramente por esto recibe beneficios, pero también, como en este caso, paga y pagará un costo caro.

Desde lo afectivo, me impactó mucho ver las caras de los y las militantes del PO, en esas primeras horas de incertidumbre y dolor. Y me impresionó porque me hizo recordar a esa tarde del 26 de junio del 2002, cuando en La Plata nos íbamos muriendo de a poco con la certeza de que el Darío Santillán del que hablaban en la tele, era ese compañero, “Darío de Lanús” para nosotros. Esas caras de hoy me hicieron acordar de aquellas caras de 2002. En ese momento, para algunos, con Darío y Maxi se nos fueron muriendo las miradas anteriores sobre esas etapas que vivíamos como militantes. Por eso, toda la solidaridad a los compañeros y compañeras.


Mariano Ferreyra, presente.



(*) Aníbal Hnatiuk es abogado y militante por los Derechos Humanos y miembro de Proyecto Sur.

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