24.9.10

Nota publicada en Indymedia


Jorge Julio Lopez. Presente

4 años que desaparecieron a Jorge julio López, 4 años que la justicia que buscó durante tres décadas Julio fue ensuciada nuevamente, 4 años que la impunidad se sacó la careta, 4 años que la ciudad de La Plata volvió a sentir ese escalofrió que corrió 36 años atrás. Desde Indymedia La Plata sentimos la necesidad de decir algo, de gritar algo pero, como a muchos y muchas, ese nudo en la garganta, acompañado de un manojo de preguntas, algunas con respuestas otras no, nos hizo pedir alguien más que exprese, que explique, qué es lo que pasó en estos cuatro años. Es así que le pedimos a Aníbal Hnatiuk, abogado de la causa en donde se investiga la desaparición de Jorge Julio López, que escriba para estos cuatro años. Lo compartimos con ustedes.

Jorge Julio López. Su testimonio y sus causas

Su testimonio

El de López no fue, a mi entender, un testimonio más. Y no me refiero a algo que está claro, que desde el punto de vista probatorio, fue importante para condenar a Etchecolatz. Me refiero a lo que en este espacio quiero resaltar, a otra parte de sus palabras, esos fragmentos que lo emocionaron a él y que emociona a quien lo vea y escuche. A esa parte que creo que además, producirá ese efecto de acá a muchos años, porque ese testimonio recuerda el pasado para una reivindicación en el presente y el futuro. Son esas palabras en las que recuerda su militancia y la de sus compañeros de lucha en la unidad básica de Los Hornos en donde se conocieron. Su testimonio emociona también por la diferencia de edad entre él, por entonces de casi 50 años, y esos pibes que empezaban a militar en un peronismo combativo que por esos años convocaba a miles de jóvenes de esa generación. En esa declaración, para López aquellos eran "pibas de oro", o "los únicos valientes" que enfrentaron la dictadura, a pesar de semejante disparidad de fuerzas, que también señalaba. Las lágrimas de aquel "viejo" López llegarán hasta quien sabe cuántos miles, los que quieran y puedan ver su testimonio. Por eso, esas palabras sirvieron para esos momentos: para juzgar a un genocida. Y sirven para el futuro: para reivindicar la lucha de los miles que dieron su vida por un país mejor.


Sus causas

Es momento ahora de contar otro derrotero, el que siguió el trámite judicial iniciado por la desaparición de López. El 18 de septiembre de 2006, López debía asistir al juicio que se estaba llevando adelante contra su secuestrador, Miguel Etchecolatz, que se estaba realizando en la Municipalidad de La Plata. Pero solo se supo, por testimonios de los vecinos, que cerca de las 9 de la mañana estaba en las cercanías de sus casa en Los Hornos, dirigiéndose hacia la avenida 66. Al no llegar a la audiencia, en la que se desarrollaron los alegatos de las querellas, por lo cual su presencia era muy importante, las organizaciones de derechos humanos, nucleadas en Justicia Ya, a pesar de lo angustioso del momento, tuvieron la rapidez y los reflejos de presentar ese mismo día un Hábeas Corpus en la Justicia Federal, a fin de que se inicie rápidamente su búsqueda. También la familia ese mismo día realizó la denuncia en la Comisaría Tercera de Los Hornos. Esa doble radicación hizo que durante los primeros tres meses de la desaparición, hubiera dos causas en trámite con el mismo objeto: buscar a Jorge Julio López, una en la fiscalía Provincial Nº 3 a cargo del fiscal Martini, y la otra, en el fuero federal, que recayó, por estar de turno, en el Juzgado de Arnaldo Corazza y en la fiscalía del Dr. Franco.
Se puede afirmar que en esos primeros meses, el despliegue mayoritario de recursos estuvo a cargo del poder judicial provincial, que delegando las tareas investigativas en la policía bonaerense, desarrolló acciones que muchos de los que lean esta nota pueden recordar, por haberlo visto en los medios de comunicación, como múltiples rastrillajes con caballos y perros. En ese período también se tomaron múltiples declaraciones de vecinos y otras medidas similares.
Desde las organizaciones querellantes en este proceso, se ha señalado que esas medidas eran inconducentes, ya que apuntaban solo a buscar el cuerpo de una persona, y no iban al fondo, es decir, a investigar quienes podían tener un móvil para cometer un delito como este. Fue en esos primeros tres meses en donde la policía bonaerense desplegó acciones que posteriormente, le valieron el apartamiento de la investigación. Y fueron en esos meses en donde se superpusieron actividades investigativas de fuerzas provinciales Y federales que casi llegan a tragedias, y que produjeron grandes disparates a la hora de hacer análisis de la información de la causa, de las comunicaciones que se analizaban, etc. Desde esta parte del proceso, los abogados y organizaciones querellantes hemos sido muy cautos a la hora de revelar aspectos de la causa que por tomar estado público, hicieran peligrar, lógicamente, el seguimiento de esa pista. Por lo tanto esta no va a ser una contradicción con lo antes expuesto, pero créanme que en esos momentos, las cosas no llegaron a mayores por muy poco.
Pero esta situación no podía seguir así por mucho tiempo, por lo ya señalado, y por un aspecto lógico fundamental, que es que si la desaparición de López se dio en el marco y a causa del juicio a Etchecolatz, no podía actuar el fuero ordinario, es decir, el provincial. Es por eso, que quienes representaban a López en el juicio, plantearon esta lógica evidente, y luego de algunas apelaciones por parte del fuero provincial, la Corte Suprema de Justicia de la Nación resolvió acorde a lo planteado por Justicia Ya, e hizo caso a la lógica que también probablemente compartirá el lector o lectora de esta nota, que es que debía intervenir el fuero que tuviera conexidad con el hecho que se investiga.

Así fue que luego de tres meses de desaparecido Julio López empezó a actuar únicamente el fuero federal. Pero a pesar de lo que alguien podría suponer en ese momento, no dejó de actuar la policía bonaerense. Esto es importante destacar, porque en la mayoría de los casos, más allá de nuestra opinión al respecto, la justicia delega en las fuerzas de seguridad la gran mayoría de las actividades investigativas. Y el juzgado de Corazza, resolvió seguir delegando la mayoría de las estas actividades en la fuerza policial que hasta ese entonces venía desarrollando el mayor despliegue de acciones, a pesar de que también actuaban otras fuerzas federales. Esta circunstancia hizo continuar por el mismo camino en la investigación, con el agravante de que no existía ningún funcionario judicial dedicado exclusivamente a la investigación. Esto se hizo notar claramente en cada parte del proceso, ya que si ni siquiera nadie había leído por completo la causa, con la complejidad que tenía y tiene, no existían las posibilidades de llegar a la verdad. Además la secretaría del Juzgado que intervenía, no estaba haciéndolo por la conexidad con la circunstancias de la causa, si no por estar de turno al momento de la desaparición. Esto motivó que las organizaciones querellantes plantearan que debía intervenir un área del Juzgado que tuviera conocimiento del contexto en el que se produjo el hecho que se investiga. Esa área es la Secretaría Especial de ese juzgado, que interviene en todas las causas en las que se investigan los delitos de terrorismo de estado, pedido que recién fue concedido a los casi 2 años de la desaparición.
Este pedido de pasaje interno dentro del mismo juzgado tuvo el mismo sentido que todo lo que desde estas querellas se presentó: la necesidad de investigar a todos aquellos que tuvieran un móvil, una razón por la cual cometer un crimen como este: y la respuesta es obvia, son todos aquellos que no querrían que López declarara en los causas en las que se investigan las responsabilidades por los crímenes cometidos en los lugares de detención en los que él estuvo: la comisaría 5ta, el pozo de Arana, la comisaría 8va y la Unidad Penitenciaria N° 9.

Sin embargo, a poco tiempo de empezar la Secretaría Especial, el Juez Corazza se apartó de la causa, dejando de actuar a su vez el área a su cargo. Resolución tomada luego de que la familia de Julio Lopez denunciara a los organismos del poder judicial que actuaron en todos los procesos en donde López declaró, por no haber evitado que ocurriera su segundo secuestro. El Juzgado de Corazza había intervenido en la primera parte del proceso que terminó en la condena de Etchecolatz, lo que manifestó sentirse violentado moralmente, y al renunciar, la causa pasó al otro juzgado con competencia penal, el de Humberto Blanco.
Esto produjo nuevas complicaciones, ya que a esa altura la causa contaba con más de 250 cuerpos y millones de comunicaciones para su análisis, la intervención de un nuevo juzgado hizo atrasar todo tipo de trámite e investigación que se estuviera llevando a cabo, empezando a deambular más que a investigar.

Las circunstancias empeoraron cuando el Juez Blanco resolvió que la instrucción de la causa estuviera en manos del fiscal Franco, que a esa altura ya había dado múltiples señales de no querer llevar adelante la investigación. Y efectivamente, se negó a llevar la instrucción, lo que dio lugar a presentaciones, apelaciones y otros etcéteras que consumieron otros tiempos. Esta negativa, y otras acciones en el desempeño de sus funciones en su rol en causas por delitos de lesa humanidad, que fueron juzgadas como disvaliosas por sus superiores, concluyó con la resolución de apartamiento del Dr Franco de la unidad que hasta allí integraba, que es la Unidad Fiscal encargada de los juicios por delitos de lesa humanidad. Es así que hoy la causa se instruye en esa dependencia, a cargo del Dr. Marcelo Molina.

Un punto aparte a señalar que fue trascendente en la investigación, se produjo a los 18 meses cuando se solicitó por parte de los organismos de derechos humanos querellantes, que sea apartada la policía bonaerense de la investigación, a razón de la cantidad de irregularidades cometidas y el consiguiente encubrimiento, a partir de eso, en todo el tiempo en que la causa estuvo a su cargo, lo cual fue resuelto por la Cámara Federal. Ya hemos dicho mucho de esto, tanto de las irregularidades como del hecho de que quienes estaban al mando del trámite hayan sido notorios integrantes de la bonaerense en áreas de inteligencia política durante la dictadura militar. Pero sin duda hoy podemos afirmar que semejante sanción por parte del fuero federal, y la consiguiente delegación de la investigación a la Policía Federal , lamentablemente no cambió el hecho central que veníamos señalando, la incapacidad de investigar a quienes, como sosteníamos, tienen un interés en que López no declarar en los juicios contra los represores.

La silla vacía con la foto de López en lugar en donde se realiza el juicio a los penitenciaros de la unidad 9, donde estuvo detenido 2 años, creemos que es una prueba de esto.

Ambos aspectos, la causa que investiga su desaparición, y su testimonio, son dos ejemplos contrapuestos, dos maneras diferentes de pensar y actuar, y a cuatro años esas diferencias resaltan cada vez más.

Aníbal Hnatiuk
http://argentina.indymedia.org/news/2010/09/750082.php

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