26.6.09

Legislativas 2009

No nos da lo mismo…


Venimos desde hace mucho tiempo luchando por el desarrollo y crecimiento de una fuerza social y de una herramienta política en nuestro país y nuestra región con capacidad de realizar cambios sociales de fondo que nos posibiliten hacer realidad en nuestras sociedades los ideales siempre dichos y nunca realizados de justicia, solidaridad y equidad.


Las condiciones para desenvolver un proyecto así, dependerá de la evolución de la situación política en los próximos años. Por eso no nos da lo mismo quién gane y quién pierda. Con muchas de las candidaturas tenemos importantes acuerdos así como matices y diferencias, pero llamamos a poner nuestro voto en las candidaturas de Sabbatella en Provincia de Buenos Aires, Pino Solanas en Capital y a la izquierda en los distritos donde se presente.


Desde la llamada crisis del campo…


Denunciamos que la discusión de fondo en el rechazo a las retenciones a la exportación era la defensa de las rentas extraordinarias de la burguesía agraria, que “denunciaba” al Estado por privarlos de sus “derechos”.


Las patronales agrarias, encabezada por la Sociedad Rural , ganaron la pulseada y reconfiguró el mapa político del país, permitiendo un avance de los neoconservadores y abogados del establishment y los sectores poderosos de la sociedad, un desenlace activamente promovido por la feroz campaña mediática del grupo Clarín y otros medios masivos portavoces históricos de los golpes de Estado; pero también gracias a la impotente, timorata y claudicante política del gobierno, junto con los errores claros de muchos sectores del progresismo y la izquierda en sus posicionamientos. El modo en que se resolvió el conflicto permitió el reagrupamiento y fortalecimiento de las expresiones políticas de la derecha neoliberal que hasta hace muy poco parecían impensados.


La misma derecha de siempre…


Macri-De Narváez -Solá (en el orden que ustedes prefieran y con Duhalde en la trastienda) y el Acuerdo Cívico y Social (de la incalificable Elisa Carrió y la resucitada UCR) son los agrupamientos y figuras salientes.


El avance de estos armados políticos y su programa de restauración conservadora significarían un retroceso y una reversión a los pequeños avances logrados desde el 2001 por los sectores populares. Porque aunque el gobierno de Kirchner vino a institucionalizar y canalizar el conflicto para asegurar la “gobernabilidad” apoyado en el partido del orden (el PJ), sólo pudo lograrlo porque adoptó una serie de medidas, que con todas las limitaciones, expresó el avance popular: la anulación de la las leyes de obediencia debida y punto final, una política exterior a nivel regional y la ruptura de las “relaciones carnales” con Estados Unidos, los cambios de composición de la Corte Suprema , la nacionalización de las AFJP y de Aerolíneas y el proyecto de la nueva ley de radiodifusión.


Las propuestas de privatizaciones, vuelta al FMI y ajuste no son mera retórica, constituyen los puntos esenciales del recetario neoliberal que ya venimos sufriendo en los últimos 33 años, por lo que un nuevo triunfo de la derecha en las elecciones, implica un peligro para los intereses de las grandes mayorías del país.


El kirchnerismo no es alternativa...


Luego de más de 5 años de gobierno, la dupla Kirchner-Cristina pretendió mediante políticas neodesarrollistas reconstruir una “burguesía nacional” a la que subsidió y promovió, y que ahora, con Techint como estandarte, denuncia al gobierno por “estatista” y quiere recuperar ganancias en la crisis despidiendo y devaluando. El kirchnerismo se apoyó en el aparato del PJ para gobernar, dejando en evidencia la mentira de su “transversalidad”. Se llenó la boca con la “redistribución de la riqueza”, pero no hay ningún cambio en el sistema impositivo argentino, uno de los más regresivos del mundo y hoy estamos en los mismos niveles de ingresos que a mediados de los años 90. No sólo rechazó una nueva política petrolera y energética para recuperar recursos estratégicos para el país, sino que promueve la minería a cielo abierto y vetó la ley de glaciares al servicio de la Barrick Gold.


Si el gobierno logra salir airoso de la contienda será gracias al PJ bonaerense, siendo el lanzamiento de su única precandidatura visible: Scioli, el ex menemista y campeón olímpico de la propuesta de la baja de edad de imputabilidad, medida que ya fue descartada en todo el mundo por ser ineficaz y errada para disminuir el número de delitos.


Pino Solanas, Sabbatella y los partidos de izquierda…


En cierto sentido, muchas de las cosas que creemos son las más beneficiosas para las grandes mayorías de nuestra sociedad como la recuperación del patrimonio nacional y de los recursos naturales, la distribución de la riqueza, la defensa del medio ambiente, la condena a los genocidas y la lucha contra la impunidad forman parte para nosotros de un horizonte y un programa de cambio social profundo y radical, inscriptas en un alternativa anticapitalista y socialista que confronte con la sociedad actual, en donde todo es una mercancía y donde millones de personas están siendo desempleadas porque el único hilo que mueve la producción es el lucro y no las necesidades sociales.


Estos aspectos programáticos encuentran eco en los discursos de los espacios políticos que vienen encabezando Pino Solanas en Capital Federal y Martín Sabbatella en la Provincia de Buenos Aires. Pino ha defendido con valentía la recuperación de los recursos naturales, el ferrocarril y el petróleo, aunque también se ha equivocado cuando apostó junto a Lozano, por la caída de la resolución 125 en la que terminó coincidiendo con la derecha y los ruralistas. También Sabbatella hoy está realizando un llamado a conformar un espacio político independiente del gobierno y defienden un programa de distribución de la riqueza, aunque también pensamos que el problema del gobierno no es tan sólo de “lo que le falta”, sino su contenido y carácter de clase. Con los partidos de izquierda compartimos la mirada sobre muchos temas de fondo, pero entendemos que estas experiencias no constituyen espacios políticos que aspiren a construir una alternativa política en la que se exprese las amplias voluntades populares en la lucha por una sociedad distinta y que su actitud consecuente debe poder empalmar con un movimiento popular, lo que implica abrir sus espacios de acción política y construcción con aquellos con los que se puede abonar todo un terreno común de demandas puntuales.


¡Claro que no nos da lo mismo…!


Del resultado de estas elecciones depende también que las luchas en las calles, fábricas y escuelas puedan desenvolverse con mayor o menor fuerza, porque millones irán a votar dando legitimidad a una u otra variante, porque la batalla política se da en todos los terrenos, y porque a esta democracia vaciada de contenido, donde la gestualidad, el marketing televisivo, la palabra ensayada, el contenido nulo, en fin, a la democracia de tecnócratas y modelos de TV, la del vaciamiento de un proyecto popular, debemos oponerle una democracia efectiva, socialista, donde el pueblo sea protagonista, donde disputemos un proyecto, donde le demos nuevamente contenido a la política, que exprese la riquísima experiencia de construcción de base, de democracia directa en los barrios y del nuevo sindicalismo de base, que es silenciada y no tiene cabida en la política actual.


También apoyamos las convocatorias a la conformación de espacios de construcción popular, porque la política no puede ser cosa de candidaturas y personalismos sino de proyecto colectivo. Pero un proyecto colectivo que tenga un común denominador en temas como los recursos naturales y la distribución de la riqueza, debe y deberá ser independiente de cualquier variante tanto de la derecha como del gobierno, así como favorecer la confluencia de los sectores nacionales, populares y de la izquierda.


Sabemos que no es lo mismo cualquier escenario político. Desde hoy y hasta el 2011, algunos temas que afectan los intereses de las mayorías ingresarán al debate público y tendrán su resolución en los poderes del Estado. Por eso, llamamos a votar positivamente a los espacios que encabezan Pino Solanas, Martín Sabbatella y la izquierda, fundamentalmente de cara a la disputa que se viene en el corto plazo (sobre quién recaerá el peso de la crisis económica) y en particular para que oficie de coto al avance de la derecha. Porque está a la vista en los hechos que cuando la derecha avanza, no es un simple caminar inofensivo, sino que viene de la mano de un mayor perjuicio para las mayorías, una mayor represión en lo político y un retroceso en las pocas conquistas económicas y sociales que el pueblo consiguió a través del reclamo, la lucha y la organización.


Praxis – Surcos – Corriente del Pueblo


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